miércoles, 4 de marzo de 2009

Mi compa Brad...


No quiero sonar exagerado pero desde que tengo uso de razón siempre he contado con buenas amistades. Siempre tengo un amigo en quien confiar. Afortunadamente todos son muy diferentes. Estoy orgulloso de cada uno de ellos. Pero una de las personas con las que mejor me llevo a pesar de  la diferencia de edad, y que nos vemos muy poco, es con mi amigo Brad. Se apellida Pitt. Creo que ya saben de quien estoy hablando. Se que ustedes no lo han de conocer muy bien, pero nosotros sus amigos sabemos que es una persona un tanto extraña. Es difícil explicarlo de manera concreta. Creo que la mejor manera de darme a entender es relatándoles lo que pasó la última vez que fuimos a tomarnos un café. Ahí les va...

No recuerdo bien que día era, eso de las fechas nunca se me ha dado bien. Pero si sé que nos habiamos citado a las 4:00 pm en el café de costumbre. Así que llegué al lugar puntual como siempre. Tomé una mesa cómoda para poder platicar tranquilamente. Pero el no llegaba. Ya pasaban de las 4:30 y no más no aparecía. Decidí esperarlo 15 minutos más. Pasaron los quince y no llegó. Asi que preocupado tomé mi celular y le marqué. 

-¿Bueno?- contestó apurado.

-¿Que no piensas venir o que?- Dije en tono de enojado. No tenía necesidad de saludarlo. Los buenos amigos no se andan con formalidades.

-Si ya voy, ya me estoy estacionando. No tardo- Y colgó.

Regresé a mi mesa y volví a sentarme. Poco tiempo después lo ví entrar. Miraba para todos lados buscandome. Alcé la mano para que me viera. Me localizó y corrió hacia la mesa. Me extrañó verlo cargar una maleta roja. Torpemente la puso sobre una silla y me saludó. No pude evitar darle un abrazo. Somos casi como hermanos y teniamos mucho de no vernos. 

-Perdón por llegar tarde, pero Angelina me trae loco con los niños. Ya venía de salida y me pidió que fuera a comprarles leche. Y como cada uno toma leche diferente, pues me tardé un poquito buscando los seis tipos de leche.-

-¡Ah que mi comadre! Siempre tan exigente. Pero no importa, no te preocupes. Todo sea por el bien de mis sobrinos. ¿Y como está mi ahijada Shiloh? Ya sabes que es mi consentida. Por cierto, su madrina Esther le manda muchos saludos.- 

-Hoy en la mañána fué ahí a la casa. Estuvo jugando con los niños un rato- me comentó. 

-Mira que mal, no me avisó nada- dije un poco receloso.

-Bueno pues hay que pedir algo, ¿no?-  al mismo tiempo le hacia una seña a la mesera.

La mesera se acercó. Caminaba nerviosa. Noté que traía algo entre las manos.

-¿Oye, me puedes tomar una foto con tu amigo? Es que la verdad me gusta mucho. Está muy guapo. No quiero desperdiciar esta oportunidad- dijo la mesera.

-Claro- Y Brad se levantó de la mesa. Agarró la camara y me tomó una foto con la mesera.

-Gracias. No olvidaré esta foto nunca- dijo sonriente.

La mesera me dió un beso y salió del lugar.

- ¿Como le haces para tener tanto pegue?- me preguntó Brad

-Pues no se, se nace con ese carisma- le dije

-Me encantaría ser como tú- 

Yo no dije nada. El pobre no tiene remedio. Mejor no lo ilusiono. 

Obviamente la mesera anterior no tomó nuestra orden, así que tuvimos que llamar a alguien mas. Esta muchacha si nos atendió apropiadamente; pedimos un capuccino para cada uno. 

-¿Y que me cuentas?- pregunté, tratando de iniciar la conversación

El pobre Brad suspiró. No me había dado cuenta pero se notaba cansado.

-No pues esto de tener 6 hijos si es difícil. Angie me da lata todo el día. A veces me cansa. Se la pasa ocupada con los niños y casi no me hace caso. Oye, dime ¿por eso la dejaste?- 

-Pues no se, lo nuestro simplemente se acabó. Ya no había mas que hacer. Mejor nos separamos- contesté.

-Siempre he tenido la sospecha de que ella empezó a andar conmigo por que no pudo soportar la idea de que ustedes ya no estarían juntos.- murmuró

Me sorprendió su comentario. Sabía que estaba en lo cierto. Pero no quise decir nada que lo lastimara. Solo me quedé callado y decidí cambiar de tema.

-¿Para que es la maleta?- le pregunté.

-Pues ya ves sigo con los problemas de la personalidad- me dijo avergonzado.

-¿Como? ¿Aun no controlas tus personajes?- 

El pobre solo bajó la mirada. Yo ya sabía que tenia problemas para controlar su personalidad, constantemente cambiaba de humor y se comportaba como las personas que habia interpretado en sus películas. A veces era difícil aguantarlo. Pero no me importaba. A los amigos se les acepta con todos sus defectos y virtudes.

-No te preocupes. Lo vas a superar- comenté para animarlo.

En ese momento entró una muchacha muy guapa que llevaba un bonito perrito entre sus brazos.

-Ai laik dags- dijo Brad con voz rara.

-¿Que dijiste?- le pregunté

-Ai laik dags. Ai laik dags- repitió

Me quedé viéndolo raro. No sabía que quería decir. Así que hice lo que cualquier buen amigo en su sano juicio haria; le dí un zape.

-Habla bien pendejo- dije cuando le pegué.

El wey se me quedó viendo raro. Puso sus manos sobre la mesa. Me miró amenazante. Metió su mano a su bolsa y sacó un objeto pequeño y lo puso a un lado de su taza. Era un jabón pequeño. Traté de leer la inscripción que habia en el. Pero me tomó del cuello sorpresivamente.

-The first rule of fight club is...- 

-¿Que te pasa ahora? Lo interrumpí.

Me calló de un puñetazo. Después estrelló mi frente sobre la mesa. Las tazas de café salieron volando junto con el jaboncito. Todos voltearon a vernos. Yo solo pude gritar, me habíá dolido el golpe. Me tomó de la camisa, me tiró al piso y empezó a patearme. 

-¡Cálmate!, ¡Calmate!- gritaba entre golpes.

Luego me levantó del suelo y me lanzó contra otra mesa. Caí entre tazas y platos. Ví que venia caminando, dispuesto a seguirme golpeando.

-¡No Brad ya, ya no!- le supliqué.

Y en ese momento dejó de golpearme. Rápidamente volvió a la mesa y se sentó como si no hubiera pasado nada. Torpemente me levanté y regresé a mi silla. 

-¡Wey, ya no eres Tyler Durden!- le reclamé

-¿Quien se llevó mi taza?, ¿Por que estabas en el piso?- preguntó desconcertado.

Usualmente el nunca recordaba nada de lo que pasaba, solo cuando yo se lo decía. 

-¿Me volvió a pasar verdad?- 

-Si. Te pasaste, hiciste un tiradero-

Timidamente se acercó el gerente del local. Nos pidió que nos retiraramos. Dijo que no podía tolerar actos de violencia en su trabajo. Brad y yo nos volteamos a ver. No teniamos remedio. El sacó un billete de su cartera y pagó la cuenta. Nos levantamos de nuestra silla, el tomó su maleta y salimos del lugar.

-Todo es tu culpa baboso- le grité una vez que estuvimos afuera

-Ya, perdóname...- 

-Wey, es que tienes que pedir ayuda, no es normal que te pase eso, cuando...

Sin darme cuenta Brad ya estaba buscando cosas entre su maleta, habia sacado una gran tela roja, y algo que parecía una dentadura de plástico. La tela la colocó alrededor de su cuello y se colocó los dientes falsos. Sacó tambien una botella de pintura roja y se pintó parte de la cara.

-¡Soy un vampiro! Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- empezó a gritar

-¡Entrevístame, entrevístame!- decía histérico

Me tomó del cuello, trató de morderme pero me safé dándole una patada. El solo se dobló del dolor y yo me alejé asustado. Ví que se arrastró hasta su maleta. Sacó algo parecido a una espada de madera. Se pusó de pie y levantó la espada.

-This is Sparta!!!- exclamó

-Jajajajaja ¡Que pendejo estás, tu no hiciste 300!

Abrir la boca había sido un grave error. El reaccionó y se dió cuenta de su equivocación. Se quedó inmóvil dos segundos. No se como lo hizo pero en menos de tres segundos, se arrancó la camisa, tiró la espada, sacó otra espada de la bolsa, un pequeño escudo y un chistosísimo caballito de madera en el que se montó y empezó a perseguirme.

-For Trooooooooy!- bramó

Quise salir corriendo, creí que me iba a dar otra paliza. Pero no fué necesaria la huida, el caballito no aguantó su peso y se rompió en pedazos. El idiota de Brad cayó al suelo. Se quedó serio. Tiró su espada al piso mientras hacia un tipo de berrinche. Jaló su mochila que aún estaba cerca y sacó una camisa algo anticuada, una boina y un bastón. Sacó una barba y se la colocó.  Se pusó de pie. Pero empezó a caminar algo extraño, se jorobaba, tambaleaba, y caminaba muy lento; se veía viejo.

-¿Ya te crees Benjamin otra vez?- 

-Mi nombre es Benjamin Button y...- calló de repente.

Empezó a llorar. Lloraba como un bebito. Se tiró al suelo. Agitaba los brazos mientras gimoteaba. Guardó silencio. Yo me acerqué para ver que pasaba. Vi que tenia los ojos cerrados y apretaba los puños y los labios.

-¡Oye! No me digas que te estas cag....- 

Se escuchó un ruido raro y empezó a oler feo. Brad reaccionó. Sintió inmediatamente que algo estaba mal. Se paró avergonzado. 

-Creo que ocupo ir a un baño

No tuvimos mas remedio que regresar al café y pedir que nos prestaran el sanitario. Brad entró y duró bastante tiempo cambiándose. Afortunadamente traía muchos pantalones y no tuvo problemas para encontrar otro cambio de ropa. Después de media hora salió del baño; traia su maleta en su mano derecha y una bolsa de basura con su pantalon dentro en su mano izquierda.

-Vámonos rápido- me dijo en voz baja

Salimos inmediatamente del lugar. Tiramos la bolsa con el pantalón en el primer bote de basura que vimos. Caminamos un rato sin decir nada.

-Es muy difícil esto de ser actor. Me comprometo mucho con mis personajes- dijo rompiendo el silencio

-Pero no tenías ninguna necesidad de cagarte en los pantalones. ¡Que puerco eres!- le reclamé

-Ya pues, no me digas nada. Creo que mejor me voy. Ya no quiero causar mas problemas. Igual y te vuelvo a golpear.

-Pues está bien, por mi seguridad es mejor que ya nos vayamos- 

-Bueno pues, me voy. Te cuidas. Luego nos vemos- dijo para despedirse.

-Sale pues. Me saludas a los niños.

Brad se dió la vuelta y se fué. Yo hice lo mismo pero en direccion contraria. Y tras dar varios pasos escuché que me gritaba.

-¡Oye! ¡Creo que será mejor no vernos en un buen rato!-

-¿Por que?-

-Es que acepté ser He-Man el próximo año, con tigre y todo.

No dije nada. Me dí la vuelta y salí corriendo. No me gustó para nada esa noticia. Creo que de ahora en adelante solo le hablaré por teléfono. 

Cuando llegué a mi carro no pude sentir mas que un poco de pena por el. 

Pobre Brad, creo que le afectó que yo tuviera primero a su vieja. Espero que nunca se dé cuenta que los gemelos en realidad son mios. Y ahora que recuerdo, creo que mejor le hablo a mi comadre para que me diga que día nos vemos.

3 comentarios:

  1. Sinceramente no deje de reirme un buen rato, esta divertidisima esta anecdota, y si te pusieras a contar toooooooodas las que tienes con esta clase de pseudoactores, terminarias escribiendo un tratado o algo asi...

    Y sorry, como iba solo un momento a visitar a los ahijados, pues no queria que dejaras tus actividades como siempre, le das mucha prioridad a esos malcriados, adorados pero malcriados.

    Jajajaja la verdad si eres un genio, no concedes deseos pero escribes muy padre jaja...

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  2. jajajajjaj deja la cafeina un rato, viejo!

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  3. Jajajaja un total mate de risa!!! jaja
    Ah que tu amigo Brad eh!!! Medio raro, pobre tipo pss. Que bueno que te tiene como amigo y no para ensayar sus personaje, que si no ya estarias todo mayugado, XP.
    Muy divertido relato eh, no sabia que Brad era tu compa.
    Bueno, cuidate y sigue con tus genialidades literarias.

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